LA CASA DERRUIDA. Domus Demoliti.

Poco sé sobre esta leyenda que escuché cuando era niño en una de esas noches de verano en Antequera. Donde todavía salían al fresco los vecinos con sillas o butacas de playa sentándose en las aceras. No conozco referencias similares de historias de tal tipo y no puedo ubicar el lugar o tiempo donde transcurrió. Así que simplemente me limitare a contar lo que oí y que de alguna manera quedo grabada en mi memoria para siempre.
¿Puede un lugar dar señales o avisos de que alguna desgracia está por llegar?, o por el contrario, ¿acaso existe un sexto sentido en las personas que vela por la seguridad de las mismas?,¿ fue una simple casualidad del destino?. Incógnitas que nos asaltan al  conocer tal relato de tradición oral y que en manos del lector dejo para que saque su personal conclusión.

Transcurrían los días en una pequeña y vieja casa rural donde vivía una familia de pobres campesinos que apenas tenían para subsistir. Todo era en principio normal, la mujer hacia los quehaceres de la casa y el cuidado de los niños y su marido acudía para atender su labor diaria muy temprano en el campo y dar de comer a su familia.
Cierto día la madre empezó a observar como salían unas manchas de color amarillento en las paredes, y oscuras en el colchón donde dormían. Al principio no le dio mayor importancia y la mujer se apresuraba a limpiar tales manchas, eso sí, bastante extrañada pues no sabía el origen de la formación de tales moteas. Pasaban los días y las ennegreces volvían a aparecer por la mañana mucho más grandes que el día anterior. La mujer del campesino que en principio no quiso decir nada a su marido ya empezó a inquietarse y sentirse mal. Todos los días limpiaba los muros y las sabanas de la cama, frotando con ímpetu el colchón para borrar todo rastro de necrosada. Pero estas entintas volvían a manifestarse mucho más grandes al día siguiente. Aterrada por tal fenómeno decidió contarle a su marido lo que pasaba, el marido no le da mayor importancia pero sí que percibe que su mujer lo está pasando mal y empieza a alertarse ante tal hecho. Ni las oraciones o rezos de la mujer aplacaban tal  extraño acontecimiento. Nada hacía pensar que aquellas manchas o lo que fueran iban a cesar de aparecer.

No se sabe cuánto tiempo estuvieron aguantando el fenómeno en aquella casa, pero una noche aterrorizada la mujer por aquel hecho insólito sin explicación plausible. Entre lamentos llenos de angustia y desesperanza ante un marido que casi no daba crédito a lo que estaba contemplando, estaba dispuesta a abandonar la casa que les daba cobijo y donde estaba cuidando de sus hijos. Cargo sus enseres en una mula, recogió a sus animales y con sus niños, huyeron de la casa en mitad de la noche.
Se cuenta que al poco tiempo de abandonar la casa en una de las muchas miradas hacia atrás para contemplar por última vez lo que fue su hogar, vieron desmoronarse los tejados y sus vigas de madera , cañas y piedra  en un  gran estruendo. El hecho los dejo perplejos sintiendo un escalofrío que les heló por dentro. La casa estaba casi totalmente derruida pocos minutos después de que ellos marcharan. No volvieron a mirar atrás sin dejar de rezar toda la noche.CarboneraDSC09811

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